¿Qué relación existe entre el periodismo y la libertad de expresión? La libertad de expresión es un derecho humano, sin embargo, todavía hay personas que siguen luchando por ganarse ese derecho en una profesión como es el periodismo.
Todos los años, el 3 de mayo es el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Es un homenaje a los periodistas que ponen en riesgo su vida ejerciendo su profesión. Es un día para denunciar que el periodismo todavía padece abusos de poder, precariedad, actitudes sectarias o presiones que incluso llevan a la censura (o lo que es peor, a la autocensura en medios privados y públicos).
La libertad en el periodismo
Desde siempre ha existido, dentro del periodismo, ese “abuso del poder”, ese “carril” por el que debes regirte si no quieres ser “vetado” o si quieres seguir manteniendo tu puesto de trabajo. Muchos periodistas ven cada día como tienen que camuflar información o evitar decir ciertas cosas, porque la libertad de expresión todavía no existe en el periodismo.
No cabe duda de que la prensa es un vehículo clave para la difusión de la información. Sin embargo, en muchos países, o sin ir más lejos en España, vemos que uno no siempre puede decir que lo que piensa por “miedo”.
En las guerras, dictaduras o en países en los que quienes tienen el poder dicen lo que se puede decir y lo que no, es difícil transmitir toda la verdad acerca de unos hechos. Y para ello está el Día Mundial de la Libertad de Prensa, para conseguir, algún día, esa libertad en el periodismo tan aclamada por muchos.
Aún en 2017 se sigue luchando por la libertad de prensa
Estamos ante un día en el que se lucha por esa libertad de prensa. Es decir, que garantice que los medios de comunicación publiquen contenidos que no están controlados o censurados por el Estado. Y que todo periodista pueda publicar sus ideas, sin censura previa o vetos.
Para que sepas más sobre este tema de la libertad en el periodismo, decirte además que Suecia fue el primer país en adoptar una legislación de libertad de prensa el 2 de diciembre de 1766. Otros países, como Australia, todavía luchan para conseguir que se instaure en su país.